Venus en Aries, día de la mujer

 Hoy es el Día Internacional de la Mujer y la entrada de Venus en Aries que se dió ayer se hace notar con marchas y manifestaciones en todo el mundo por parte de una sociedad que desea nuevos patrones en la forma de percibir el género, la femineidad y su rol en la sociedad y en las relaciones.

 Lady Gaga es ariana con Venus en Aries en trino a Marte y no tiene pelos en la lengua ni inhibiciones a la hora de mostrar el emponderamiento sexual y la fuerza de la mujer. Mientras se expresa y despliega su arianidad, derriba mitos con sus canciones y sus videos. En ellos despliega carisma y una nueva visión de la mujer un tanto andrógina con intensidad y mucho cuerpo en movimiento.



 La manifestación guerrera de esta versión de la diosa del amor y el deseo puede resultar un poco exasperante o incómoda para quién tiene una ilusión de que lo femenino debe ser suave y delicado.
 La fuerza del deseo y la alegría brutal sin vueltas  que Aries le da a Venus resulta apabullante si nos apegamos a la imagen femenina contenedora, dulce y sumisa.
 Los medios de comunicación están respondiendo a la necesidad de este arquetipo presentando personajes que reflejan este nuevo paradigma donde la maternidad, el amor, la belleza y el poder físico y político conviven y son posibles.

 (aunque especialistas en cuestiones feministas van refutar esto que escribo porque los especialistas siempre tienen algo para decir y hacen bien)




 Venus en Aries es demostrativa de sus afectos y emociones, no va a dudar en ir en pos de lo que quiere sin miramientos ni timidez. Es egocéntrica, libre, divertida, agresiva, y valiente, conectada con la fuerza femenina más instintiva, que protege y contiene en la emergencia, Venus en Aries es noble y es fiel a si misma y a aquellos que ama. Claro que es impulsiva, agresiva y puede ser dañina si se descontrola

 Venus en Aries puede colaborar con un cambio en la mirada de lo femenino si es que aún dudamos de ser estas guerreras libres y alegres de ser nosotras mismas, sin necesidad de validaciones ni permisos, sin negar que Venus no es Marte, y que ambos cumplen funciones arquetípicas diferenciadas, necesarias, encantadoras.