Abrazarse al cielo amando la tierra - Plenilunio de Virgo

 La Luna Llena de este 26 de agosto se encuentra a 3 grados del eje Virgo-Piscis. La luna refleja la luz que emana del Sol y se maravilla en el dar luminosidad a lo oscuro.  Así es en los plenilunios, la noche se viste de plata.





Es habitual con los plenilunios que las emociones se manifiesten con más fuerza, los sentimientos guardados, las heridas, los miedos se amplifican como con un lente "ojo de pez". Y con la luna en las aguas de Piscis, la sensibilidad se extrema y se nos inunda el corazón. A veces bien, a veces mal.





Con Venus desde Libra en cuadratura a Plutón en Capricornio esta luna llena puede presentar extrañas sensaciones de desamor, manipulación, celos, posesividad de cara a lo que esperamos del otro o de lo que se espera que entreguemos. MIedo. Miedo a no ser suficiente, a no sanar, a no lograr ser aquello que deseamos, a no limpiar la maleza de nuestras vidas.

 El trígono que se da hoy, 25 de agosto,  entre el Sol en Virgo, Urano en Tauro y Saturno desde Capricornio, nos obsequia una ayudita para manifestar o proponerse cuestiones que refieran al ámbito de lo material, como propósitos de cuidado del cuerpo, recuperación de enfermedades, cambios de hábitos, cuestiones comerciales, proyectos de trabajo, emprendimientos  etc. El lunes se pone directo Marte desde Capricornio dando un empujón a cuestiones del hacer, a la acción, al movimiento.

 El eje Piscis Virgo implica una energía introspectiva a la vez que conectada con el todo. Que pretende se establezca un orden sistémico en el que cada pieza ocupa su lugar y manifiesta su rol de modo justo y ejemplar para así poder verse reflejado y sumergido en unidad perfecta, manifestación creadora de la divinidad.

 En la astrología antakarana este plenilunio contacta con los puntos 71 y 77. Dos puntos sensibles de bucear en lo más profundo de nuestro ser cósmico en Conciencia Divina. Hallar el sentido y el poder que les ha sido otorgado a nuestro ser para que por medio del buen uso y cuidado del vehículo físico, el cuerpo, se manifiesten todos los dones que se han comprendido y  discriminado a lo largo de la vida y se pongan  a disposición de un bien mayor y común a todos los seres.

Encontrar la forma de manifiestar  cada uno de nosotros la divinidad y la comprensión de que cada ser que habita este Universo nos espeja y nos contiene y asimismo somos contenedores y espejos de otros, esto no sería posible sin amor del bueno, del desapegado, el amor que brota del corazón silencioso y destierra toda semilla de ira y rencor.
 El puro amor.