Para esta luna llena se han dedicado miles de artículos. Será que es luna en Leo. Y obvio el Sol en Acuario.
Se ha dicho tanto que resta poco por decir.
Que yo soy tú, tú eres yo y nosotros somos todos ellos.
La importancia personal debe ser derrocada de una vez y para siempre para respetar la individualidad personal.
Ser solícito de demasiada atención así como no prestar el debido cuidado a la individualidad y sus necesidades es otra forma opuesta de solicitar la atención desde el infantilismo que pide aprobación.
Las dos posiciones frente al otro han creado una identidad y una realidad que ahora vemos amplificada por la luz de la luna llena.
En un eclipse de Luna, que siempre se da en luna llena o plenilunio, la luna se ve oscurecida por la Tierra que se mete en medio entre ella y el Sol. La Luna se ve privada de la luminosidad que el Sol le brinda y toma un tono rojizo en lugar de su luz de plata.
La luna representa el lado femenino, oscuro, emocional de nuestro ser y en Leo es una luna generosa, amorosa, dispuesta a disfrutar de los sentimientos y también orgullosa, demandante y arrogante.
La luna del eclipse se da a los cero grados de Leo. Un número circular, redondo, una luna llena.
Venus y Júpiter se encuentran juntos en Sagitario y Marte desde Aries su casa, estará pronto a formar una cuadratura exacta con Saturno en Capricornio, impidiendo la acción, dificultando la sexualidad, generando una rigidez en los aspectos más activos y gratos de la masculinidad.
Urano, uno de los regentes de Acuario, está en cuadratura al plenilunio, impone nerviosismo, reacciones impulsivas, un poco de locura, estados de ansiedad, electricidad extrema, rebeldía insensata.
Mercurio, desde Capricornio también hace un aspecto tenso a Urano, eso trae más escenas de comunicaciones rápidas y algo discordantes, tensión nerviosa, irritación mental, insomnio.
Este plenilunio va a dejar algunas cosas dadas vuelta, cambiadas, trastornadas. Nada de lo que veníamos viviendo volverá a ser igual. Aquello que comenzó hace poco más de 18 años puede modificarse y dejar de ser para tomar otra forma. Es triste siempre cuando nuestras costumbres se trastornan pero muchas veces es necesario. nada puede quedar igual, nada es permanente más que nuestra propia alma.
Este plenilunio toca los puntos 70 y 76 de la astrología Antakarana y nos invita a acceder a la comprensión del modo en que se moldea la realidad, la forma en que hemos moldeado por medio de nuestros pensamientos conscientes e inconscientes, de nuestras acciones u omisiones la trama que habitamos y compartimos.
Desde estos puntos podríamos comprender la identidad como un traje a ser devuelto al dejar la existencia. Comprender que tenemos todos los trajes que elijamos, que la verdadera identidad es compenetrarse en el Todo Creador.
Una propuesta compleja de llevar adelante, pero si logramos acceder a esta comprensión una milésima de segundo, ya estamos más cerca del mejor de los caminos.
En sueños estamos muriendo todo el tiempo
Se ha dicho tanto que resta poco por decir.
Que yo soy tú, tú eres yo y nosotros somos todos ellos.
La importancia personal debe ser derrocada de una vez y para siempre para respetar la individualidad personal.
Ser solícito de demasiada atención así como no prestar el debido cuidado a la individualidad y sus necesidades es otra forma opuesta de solicitar la atención desde el infantilismo que pide aprobación.
Las dos posiciones frente al otro han creado una identidad y una realidad que ahora vemos amplificada por la luz de la luna llena.
En un eclipse de Luna, que siempre se da en luna llena o plenilunio, la luna se ve oscurecida por la Tierra que se mete en medio entre ella y el Sol. La Luna se ve privada de la luminosidad que el Sol le brinda y toma un tono rojizo en lugar de su luz de plata.
La luna representa el lado femenino, oscuro, emocional de nuestro ser y en Leo es una luna generosa, amorosa, dispuesta a disfrutar de los sentimientos y también orgullosa, demandante y arrogante.
La luna del eclipse se da a los cero grados de Leo. Un número circular, redondo, una luna llena.
Venus y Júpiter se encuentran juntos en Sagitario y Marte desde Aries su casa, estará pronto a formar una cuadratura exacta con Saturno en Capricornio, impidiendo la acción, dificultando la sexualidad, generando una rigidez en los aspectos más activos y gratos de la masculinidad.
Urano, uno de los regentes de Acuario, está en cuadratura al plenilunio, impone nerviosismo, reacciones impulsivas, un poco de locura, estados de ansiedad, electricidad extrema, rebeldía insensata.
Mercurio, desde Capricornio también hace un aspecto tenso a Urano, eso trae más escenas de comunicaciones rápidas y algo discordantes, tensión nerviosa, irritación mental, insomnio.
Este plenilunio va a dejar algunas cosas dadas vuelta, cambiadas, trastornadas. Nada de lo que veníamos viviendo volverá a ser igual. Aquello que comenzó hace poco más de 18 años puede modificarse y dejar de ser para tomar otra forma. Es triste siempre cuando nuestras costumbres se trastornan pero muchas veces es necesario. nada puede quedar igual, nada es permanente más que nuestra propia alma.
Este plenilunio toca los puntos 70 y 76 de la astrología Antakarana y nos invita a acceder a la comprensión del modo en que se moldea la realidad, la forma en que hemos moldeado por medio de nuestros pensamientos conscientes e inconscientes, de nuestras acciones u omisiones la trama que habitamos y compartimos.
Desde estos puntos podríamos comprender la identidad como un traje a ser devuelto al dejar la existencia. Comprender que tenemos todos los trajes que elijamos, que la verdadera identidad es compenetrarse en el Todo Creador.
Una propuesta compleja de llevar adelante, pero si logramos acceder a esta comprensión una milésima de segundo, ya estamos más cerca del mejor de los caminos.
En sueños estamos muriendo todo el tiempo