Las lunas nuevas son momentos de parto de energía y en esta ocasión la luna nueva de Piscis se encuentra pariendo la estadía definitiva de Urano en Tauro que ingresa para no volver a la zona Aries del mandala zodiacal hasta dentro de 84 años. Esto es algo que la mayoría de quienes estamos actualmente encarnados no volveremos a ver.
Este no es un momento cualquiera de nuestras vidas ya que la luna nueva se da en conjunción a Neptuno (co-regente de Piscis) y con Mercurio que desde ayer se encuentra retrógrado en el mismo signo en su último grado, el grado crítico 29. Durante esta retrogradación Mercurio llegará vuelta atrás a tocar el grado 16 donde se encuentra con Neptuno y vuelve a avanzar el día 28 de marzo.
No es muy posible encontrar palabras que describan este movimiento energético que estamos transitando. Cada quién a su forma tendrá que hacer el proceso silencioso de hallar en su interior las respuestas.
Las respuestas en realidad han de ser intenciones. Las intenciones que solemos sembrar en luna nueva, no son más que respuestas a los anhelos de nuestra alma.
Tomamos los deseos que solemos enunciar con liviandad. Nos han enseñado que los deseos son frívolos, incluso más de una vez nos han resonado como egoístas. Si deseas es que piensas en ti. Sin embargo los deseos son las respuesta que tiene para darnos el alma. Cuando nuestra mente y forma más común y terrena enuncia un deseo está buscando a Dios en el territorio cotidiano.
Con la entrada definitiva de Urano al signo de Tauro muchas formas terrenas y concretas de nuestro entorno y de nosotros mismos van a verse cambiadas, mutadas, trastornadas y renovadas para bien o para mal.
Los cambios planetarios no saben de bueno y malo, simplemente suceden. Somos nosotros los que tenemos que darle el color adecuado para que puedan ser vividos de un modo más o menos armónico.
La luna nueva se da en el punto matemático 15. Verifica que emplazamientos y casas involucran esta zona del zodiaco para sintonizar mejor con este movimiento.
Una poderosa energía está naciendo desde el inconsciente colectivo. Muchos cambios y transformaciones nos esperan. El silencio que precede a la tormenta es un momento sagrado de recogimiento.
Desde el silencio interno es desde donde va a ser más simple contactar con los deseos del alma para ser sembrados. Despojados de la contaminación social a la que nos vemos sometidos desde muy pequeños, los seres encarnados deseamos la paz y la alegría interior de saberse uno con el Todo y con todos.
Busquemos el silencio para sembrar nuestros más bellos sueños en esta luna nueva. Busquemos en silencio nuestra divinidad.
Que nuestras intenciones sean para un mayor bienestar universal, para un cambio hacia una conciencia de amor y fraternidad para con nuestros semejantes en unidad con nuestro hogar, Gaia.
Este no es un momento cualquiera de nuestras vidas ya que la luna nueva se da en conjunción a Neptuno (co-regente de Piscis) y con Mercurio que desde ayer se encuentra retrógrado en el mismo signo en su último grado, el grado crítico 29. Durante esta retrogradación Mercurio llegará vuelta atrás a tocar el grado 16 donde se encuentra con Neptuno y vuelve a avanzar el día 28 de marzo.
No es muy posible encontrar palabras que describan este movimiento energético que estamos transitando. Cada quién a su forma tendrá que hacer el proceso silencioso de hallar en su interior las respuestas.
Las respuestas en realidad han de ser intenciones. Las intenciones que solemos sembrar en luna nueva, no son más que respuestas a los anhelos de nuestra alma.
Tomamos los deseos que solemos enunciar con liviandad. Nos han enseñado que los deseos son frívolos, incluso más de una vez nos han resonado como egoístas. Si deseas es que piensas en ti. Sin embargo los deseos son las respuesta que tiene para darnos el alma. Cuando nuestra mente y forma más común y terrena enuncia un deseo está buscando a Dios en el territorio cotidiano.
Con la entrada definitiva de Urano al signo de Tauro muchas formas terrenas y concretas de nuestro entorno y de nosotros mismos van a verse cambiadas, mutadas, trastornadas y renovadas para bien o para mal.
Los cambios planetarios no saben de bueno y malo, simplemente suceden. Somos nosotros los que tenemos que darle el color adecuado para que puedan ser vividos de un modo más o menos armónico.
La luna nueva se da en el punto matemático 15. Verifica que emplazamientos y casas involucran esta zona del zodiaco para sintonizar mejor con este movimiento.
Una poderosa energía está naciendo desde el inconsciente colectivo. Muchos cambios y transformaciones nos esperan. El silencio que precede a la tormenta es un momento sagrado de recogimiento.
Desde el silencio interno es desde donde va a ser más simple contactar con los deseos del alma para ser sembrados. Despojados de la contaminación social a la que nos vemos sometidos desde muy pequeños, los seres encarnados deseamos la paz y la alegría interior de saberse uno con el Todo y con todos.
Busquemos el silencio para sembrar nuestros más bellos sueños en esta luna nueva. Busquemos en silencio nuestra divinidad.
Que nuestras intenciones sean para un mayor bienestar universal, para un cambio hacia una conciencia de amor y fraternidad para con nuestros semejantes en unidad con nuestro hogar, Gaia.
Me inclino ante la Sabiduría Primaria
Me inclino ante la sabiduría a través de las Eras
Me inclino ante la verdadera sabiduría
Me inclino ante la gran sabiduría invisible