Las algas, como despojos de los sueños de una noche oscura, se deforman, gotean, escurren partículas del mar que recuerdan lágrimas.
De este mar bravío y oscuro en el que nos perdimos durante la retrogradación de Mercurio en Piscis logramos salir para ahora si contactar con nuestros sueños un poco más de cerca y sin tantos prejuicios ni desaires.
Hemos de llorar o ya llorados están esos sueños destruidos por una castración que sin dudar nos infligimos o dejamos nos inflijan un otro.
La sociedad nos bombardea con presuntas ideas de lo que es mejor para nosotros. La dejamos ser, por miedo a ese grito que debería dar el Yo.
El Yo de Aries en su pureza tiene un profundo sentido de identidad y apropiación de derechos de existir.
Pero nos hemos dejado llevar por el sentido de manada castrada, por la mirada autoritaria que indica que nos uniformemos en nuestro ser, en nuestra moda, en nuestra forma de vivir y nos hemos olvidado de la maravilla que implica ser contenido por el tejido social mostrando nuestra diferencia y resultando esta un aporte para el todo.
Son esas las lágrimas que el alga derrocha enroscada en el cuerno del carnero.
Nos dirigimos hacia un cambio de paradigmas que no va a ser indoloro, el año próximo es probable que muchas cosas se nos planteen de una manera diferente como planeta, como naciones y como individuos.
Esta luna nueva se da en el grado 15 de Aries. En cuadratura a Saturno.Es una luna nueva poderosa, por la invitación que nos hace a madurar, a sentir el fuego del yo sometido a la responsabilidad de saber pedir deseos, respetando quién soy y olvidando la intrascendencia que nos confunde y nos distrae de nuestros sueños profundos, los del alma, las herramientas que en la Tierra van a llevar a cada conciencia a despertar el milagro del nacer a la acción hacedora.
La astrología pasa por una temporada de frivolidad. Ha salido de la demonización para convertirse en una moda absurda y mal interpretada de falsas promesas y soluciones fáciles. Las lunas nuevas plantarán semillas de conciencia plena si la sabemos aprovechar.
Las semillas que se siembran durante esta Luna Nueva de Aries, sería ideal que respondan a los anhelos profundos del alma sin la visión contaminada que la sociedad nos trae.
¿Qué viniste a hacer aquí?
Esa es la verdadera pregunta. Cuando nos vayamos, no nos llevaremos más que el sentido de haber sido nosotros mismos y haber cuidado el crecimiento de lo que el alma vino a manifestar.
Por ello, esta luna y todos los aspectos astrológicos que nos viene donando el cielo, no hace más que invocar ese derecho del Yo a ser lo que el niño clamaba en su primer grito.
Saturno en cuadratura a escasos 3 grados de Plutón nos destrozan el alma, nos hacen Tic Tac.
Todos los adultos somos responsables de esto en lo que se ha convertido el mundo. Y donde estoy yo estás tú.
¿Qué responsabilidad quieres asumir para cambiar lo que tu Yo reclama?
dibujo y texto propiedad intelectual María Valeria Correia Nobre