Bombos y platillos para el eclipse de luna del 10 de enero

es 10 del mes 1 del 2020.  uno más uno es dos.

Juegos que aparentan no ser nada sin embargo dicen mucho. la luna llena de este viernes sufrirá un eclipse parcial en el grado 19, 59 es decir a 1 segundo de convertirse en 20.

                                                                                    el 1 y el 2
                                                                    el cielo y la tierra en el I Ching
                                       
               

Se da este eclipse nuevamente en el eje Capricornio-Cáncer como preámbulo a la gran conjunción que se dará a mediados de enero entre Saturno, Plutón el Sol y Mercurio. Pero que es en realidad un gran preámbulo a la mucho más grande conjunción de finales de marzo y así sigue esta rueda del destino. Es que el cielo no está dando tregua. Nos transformamos sin cesar y eso duele siempre un poco más o un poco menos.
Como siempre que un fenómeno de esta naturaleza va a darse se escribe muchísimo, por ello seré breve. Aunque en un momento pensé que quizás no hacía ninguna falta que existan estas líneas, no quise quebrar la tradición de escribir en las lunas nuevas y llenas.

El viaje es transformarse. Es sentirse desgarrado por el miedo de perder la seguridad. La seguridad ya no existe. Desde hace un tiempo a esta parte el cielo y sus movimientos insisten en postrarnos de rodillas frente al quebranto inesperado de lo previsible.

Algunos podríamos pretender comprender esto y justificarlo, pero la historia humana muestra que cada vez que hemos dado un salto evolutivo algunos más que otros han sufrido dolor, pérdidas y desengaños.

Podemos encontrar refugio en el "algo hice mal" o "algo habrán hecho" pero no es más que una intención de apoderarse del control del sino. Desconocer la existencia de un destino superior y un mandato energético que nos supera en poder y capacidad de miras es incluso una provocación a ser revolcado por la ola con mayor violencia.

La fe es un asunto personal, no es necesario discutir aquí asuntos de fe, pero al igual que a la madre, se lo llama a Dios en esos momentos increíbles de debilidad y estupor. Una gran parte de nosotros intuimos la existencia de una energía que nos cubre y nos recrea desde otro plano que incluso siendo una parte de nuestra propia e individual conciencia da muestras más que suficientes de ver mucho más lejos que nuestra mente pequeña.

Pues nada, se ha escrito demasiado acerca de este eclipse. casi todos estamos viendo que algo muy antiguo y habitual para nuestras vidas se está desintegrando y de esta energía ni siquiera escapa la reina Isabel II.

Mi única intención en estas líneas es recordarnos que se abrió una nueva puerta, entramos a este pasillo y no hay descanso, si creías que tu plan era definido y claro lo verás cambiar en un santiamén. Si pensabas que sabías con qué contar, ya no será así o al menos no del modo que creías.

Este proceso se vive más fuerte en la vida personal de aquellas personas que tenemos luminarias, planetas personales o puntos matemáticos importantes en la zona de los signos cardinales (Aries-Libra-Cáncer-Capricornio). Pero todos veremos con estupor caer las estructuras de este mundo social que ya no resiste mucho más. Todos seremos testigos del poder de la naturaleza frente a la ignorancia del poder humano supremacista que olvida la fuerza de la Tierra como organismo vivo.

Veremos irse de nuestro lado a algunos seres queridos y seremos testigos de la torpeza de los gobernantes pataleando sus últimos berrinches antes de que todo se transfigure

Pero es  importante el mantener contacto con el poder individual y la visión de nuestra divinidad intacta, entramos a un pasillo colmado de puertas y podemos abrir las mejores posibilidades si nos despojamos del temor.

 Cada uno de nosotros tenemos un propio camino en este corredor de destinos, nada está condicionado, es la vuelta del tiempo y si has liberado tu camino de piedras y enfocas tu mirada en nuevas y firmes intenciones puedes comenzar un nuevo ciclo increíble.
                 
                                                       Después de las lluvias torrenciales germinan muchas semillas.


Conecta con la Tierra mirando al cielo. Se compasivo con todos pero sobre todo contigo. No mires atrás y procura mantener el equilibrio fijando la mirada al frente. Practica la postura de yoga "El árbol" si te es posible desde lo físico para acompañar este proceso. Medita, realiza oración y mantén viva la esperanza.

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Con cariño
Valeria Correia Nobre