El año 2020 se despide. Fue muy intenso para todos y deberíamos felicitarnos unos a otros y a nosotros mismos por haber llegado hasta aquí con tal aprendizaje y madurez. Renovados, nuevos, diferentes.
Aquellos que hemos sobrevivido la energía dura y exigente de la triple conjunción en Capricornio sabemos ahora que somos capaces de enfrentar olas inmensas en nuestra navegación por los años de la vida y eso no es poco. Ahora conocemos una fuerza inexplorada de nuestra esencia y deberíamos apoyarnos en ella para iniciar una aventura excepcional en el próximo ciclo.
La conjunción entre Júpiter y Urano en Acuario no es desde mi punto de vista el inicio de la Era de Acuario pero si constituye una puerta cósmica que marca el ritmo social de los próximos 20 años. Tampoco puedo decir que se trate de la Estrella de Belén aunque lució fantástica la luz que ambos planetas unidos reflejaron en el cielo, símbolo de reinicio para la humanidad.
Cerramos el año gregoriano con nuestra tradicional "noche vieja" el 31 de diciembre, pero el día 30 será la luna llena. El Sol desde el grado 8 de Capricornio dará su luz a la Luna que lo recibe desde el mismo grado de Cáncer. Se trata de un signo cómodo para la Luna que desde su domicilio nos retrotrae a la imagen del hogar y el sustento nutricio, la imagen de la Madre.
El plenilunio se encuentra en sextil/trino a Urano en Tauro y quizás ha llegado el momento de repensar nuestros deseos ecológicos y reformular nuestras palabras respecto de Gea-Gaia. ¿Cuidamos la Tierra o la Tierra nos cuida?
Hemos caído en la trampa de desordenar el concepto de hogar y es probable que haya llegado la hora de comprender una nueva dimensión de la idea que tenemos acerca de las palabras hogar, madre, familia, Tierra ...
El contacto realista con el proceso de cambio que ha iniciado nuestro planeta nos ayudará a desarrollar una agilidad peculiar y "salvadora". Urge asirnos a la liviandad como herramienta de navegación. De esta forma podremos movernos protegidos por nuestra conexión con Gaia y colaborando con ella.
La energía del signo de Cáncer nos llevará a tomar contacto con nuestros seres queridos de una manera más sensible y cercana. Con esta luna llena, los sentimientos son más intensos que de costumbre pero al mismo tiempo la energía de Urano nos ayudará a ver con ojos de sorpresa la liberación de sensaciones o emociones que desde lo profundo de nuestro ser ancestral nos perturbaban.
Ahora se cierra una etapa más de aquello que ya no se sostiene, lo que observamos en este año tan intenso que nos expuso al miedo de no sentirnos a salvo más que en casa se irá.
Nos repitieron hasta el cansancio "quédate en casa" pues lo hicimos por la obediencia civil o por propia decisión y descubrimos algunas partes de nosotros que se mantenían ocultas bajo la cáscara del ajetreo cotidiano.
Hace un poco más de un año tuvimos la luna llena con eclipse el 10 de enero. Ya se palpitaba la intensidad que íbamos a vivir en el 2020. Ahora es tiempo de dejar ir algunas emociones y prepararnos para una nueva etapa que puede resultar más confortable si nos permitimos una nueva lente para observar nuestra vida y todo lo que nos rodea.
Este nuevo período de nuestras vidas puede ser muy divertido y sorprendente más allá del efecto que todavía persiste en el aire de Plutón dando sus últimos retoques desde Capricornio.
El punto que estará siendo activado desde la astrología Antakarana es el 62 en el grado 8 de Capricornio que refiere a la posibilidad de unificar la dualidad desde el poder de la invocación y el sonido despertando con su luz el punto 56 que nos recuerda la facultad aglutinante y unificadora del amor como fuente de nutrición.
Que disfrutes del abrazo familiar, el amor y los sentimientos acogedores en este momento de luna llena.
Si deseas puedes compartir este texto mencionando autora y fuente. Gracias por estar acompañando y compartiendo. Te deseo un feliz fin de año y un excelente inicio de 2021
Valeria Correia Nobre